El vuelo espacial expande la mente, pero comprime el cerebro

El vuelo espacial expande la mente, pero comprime el cerebro

Volar hacia el espacio te permite expandir horizontes y deshacerte de los límites, pero también cambia tu cerebro. Un nuevo estudio se centró en el estudio del cerebro de 10 astronautas antes y después del vuelo al espacio. Al mismo tiempo registró cambios extensos en la materia blanca y gris del cerebro.

Lo que significan estos cambios para los astronautas en sí sigue siendo una pregunta abierta. El hecho es que no está claro si los cambios en la materia gris y blanca afectan el conocimiento y la percepción del mundo. También notamos que la circulación del líquido cefalorraquídeo (una sustancia transparente entre el cerebro y la médula espinal) se mantuvo sin cambios después del vuelo espacial.

Antes y después

Para seguir los cambios en el cerebro, los investigadores examinaron una resonancia magnética de astronauta obtenida antes del vuelo, inmediatamente después de regresar (no más de 9 días) y 7 meses después. Los 10 astronautas participaron en las dos primeras exploraciones y siete en la final. Los participantes son hombres con una edad promedio de 44 años que fueron enviados a la ISS. En promedio, pasaron 189 días (6 meses) en el espacio. Los investigadores se centraron en tres variables: el volumen de materia gris y blanca y el volumen de líquido cefalorraquídeo. La materia gris (la superficie externa del cerebro) contiene células de neutrones y otras células de soporte, y ramas blancas largas que conectan las neuronas. El análisis demostró una disminución generalizada en el volumen de materia gris al regresar a la Tierra. Pero la observación posterior mostró que la mayoría se recuperó a los niveles que eran familiares para los humanos. Es decir, no observamos cambios duraderos.

Pero con la materia blanca, todo es diferente: el volumen disminuyó en una parte del cerebro. Cuando los astronautas volvieron a la encuesta después de 7 meses, notaron que la materia blanca disminuía aún más. También después de la misión, los volúmenes de líquido cefalorraquídeo cambiaron. El primer escaneo registró un aumento en algunas áreas y una disminución en otras. Un análisis posterior mostró un retorno a los niveles previos al vuelo en el centro del cerebro, pero un aumento en el líquido entre el cerebro y el cráneo.

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