Secretos de auroras pulsantes de THEMIS

Secretos de auroras pulsantes de THEMIS

Ilustración de los tres satélites de THEMIS y la magnetosfera de la tierra

A veces, en la oscuridad de la noche cerca de los polos, el cielo vibra con un resplandor difuso verde, púrpura y rojo. A diferencia de las líneas largas típicas de auroras, estas pulsaciones son inferiores en brillo y caen con menos frecuencia. Los científicos han estudiado durante mucho tiempo las auroras basadas en la actividad solar, pero los detalles del mecanismo siguen siendo un misterio.

Un nuevo estudio basado en datos de la Historia de eventos de la NASA, así como las misiones THEMIS y ERG (satélite Arassi), trató de estudiar las causas más probables. Resulta que todo está en las ondas: partículas pulsantes rítmicas que forman la aurora.

La magnetosfera de la Tierra protege al planeta de la radiación de alta energía generada por el Sol y el espacio interestelar. Pero las partículas más poderosas aprendieron a deslizarse. La energía transferida se almacena en el lado nocturno de la magnetosfera hasta que es liberada por una sub-tormenta. Luego, los electrones se envían a la atmósfera superior, donde chocan con otras partículas y crean un brillo. El resplandor pulsante se basa en un principio diferente. La magnetosfera es el hogar de una variedad de ondas de plasma, lo que se conoce como silbido. Estas ondas tienen tonos crecientes que se asemejan al canto de los pájaros y pueden interrumpir los electrones de manera efectiva. Cuando aparecen en la magnetosfera, algunos de los electrones dispersados ​​por la onda se hunden en la atmósfera, causando pulsantes auroras.

Secretos de auroras pulsantes de THEMIS

Ilustración de satélite ERG en órbita

Los investigadores han creído durante mucho tiempo que este mecanismo es responsable de las auroras pulsantes, pero hasta hace poco no había una confirmación definitiva. Usando las observaciones del satélite ERG y los telescopios de la misión THEMIS, los científicos pudieron identificar la causa y el efecto.

Tales ondas también se observaron en Júpiter y Saturno. Esto significa que los procesos terrestres pueden explicar las peculiaridades de las auroras en los planetas de nuestro sistema y más allá. Los resultados también ayudarán a comprender cómo las ondas de plasma afectan a los electrones.

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