Izquierda: Voyager-2 observaciones de Urano en 1986. La mayoría de las formaciones de nubes están ocultas detrás de una capa de neblina. Derecha: instantánea de Neptuno tomada por la Voyager 2. Muestra la Gran Mancha Oscura.
Recientemente, la NASA publicó un informe sobre los misteriosos gigantes de hielo Urano y Neptuno. El estudio de la información recibida de años anteriores afectará en gran medida las prioridades científicas de la agencia en los años 2022-2032. El estudio examinó las tareas que la misión deberá resolver.
Los nuevos hallazgos demuestran la importancia de investigar al menos un planeta y todo su entorno. Esto incluye sus satélites dinámicos, anillos y campos magnéticos increíbles. Hasta la fecha, solo un dispositivo se ha acercado a estos planetas, el Voyager-2. Estaba cerca de Urano en 1986 y sobrevoló Neptuno en 1989. Fue una inspección superficial, por lo que los científicos aún no han descubierto el proceso de su formación. El estudio también tiene en cuenta varios conceptos de misión, incluido el desarrollo de sondas capaces de sumergirse en la atmósfera y explorar sus componentes constituyentes. Urano tiene 27 satélites, y Neptuno tiene el 14.
Urano y Neptuno son llamados gigantes de hielo. Ahora este nombre parece no ser del todo correcto, ya que bajo las nubes puede haber un océano que ocupe 2/3 de la masa total. Esto es lo que se diferencia de los gigantes gaseosos. Hasta ahora, no hay datos sobre dónde y cómo se forman dichos planetas, y también por qué sus campos magnéticos tienen una orientación tan inusual y lo que afecta la actividad geológica de algunos de sus satélites.
Estas preguntas alimentan el interés científico. Por lo tanto, la misión del gigante de hielo en la próxima década podría convertirse en una prioridad para la NASA.
