Las simulaciones de modelos animales diseñadas para reflejar los efectos de los rayos cósmicos en los astronautas indican un peligro para la salud de los futuros investigadores espaciales durante largas misiones (por ejemplo, volar a Marte).
El último estudio sugiere que el bombardeo de la radiación cósmica galáctica puede dañar significativamente el tejido del tracto gastrointestinal, lo que lleva a cambios funcionales a largo plazo. Los científicos también están preocupados por el alto riesgo de desarrollar un tumor en el estómago y el colon.
En trabajos anteriores, pudimos identificar el daño potencial al tejido cerebral, así como el envejecimiento acelerado durante los vuelos espaciales a largo plazo debido a la influencia de los iones pesados, de los cuales estamos protegidos en la Tierra por la magnetosfera global. Los iones pesados, como el hierro y el silicio, se destruyen debido a su mayor masa en comparación con los fotones sin masa, como los rayos X y los rayos gamma.
Desafortunadamente, con la tecnología de detección existente, será difícil proteger a los astronautas de los efectos adversos de los rayos de iones pesados. Aunque puede ser posible usar un medicamento para contrarrestar estos efectos, aunque esto aún no se ha inventado. El problema radica precisamente en largas misiones, como un vuelo a Marte y más allá. El tejido del tracto gastrointestinal se renueva independientemente (la capa mucosa de las células) cada 3-5 días. Cualquier violación de este mecanismo natural conduce a una falla en los procesos fisiológicos y se desencadenan problemas patológicos (cáncer). Para investigar los efectos de los iones pesados en el tracto gastrointestinal, los investigadores utilizaron el intestino delgado de los ratones como un sistema modelo. Los ratones fueron sometidos a una baja dosis de radiación de hierro.
Al final, comparamos tres grupos de ratones: bajo la acción de iones pesados, radiación gamma y control. Resultó que las disfunciones se observaron en el grupo con iones pesados y la formación de pólipos cancerosos ya era notable. Además, notaron que el daño por hierro causó daño en el ADN, lo que aumentó el número de células que envejecían. A pesar del hecho de que se eligió una dosis baja de radiación durante el período de un mes en el espacio profundo, los efectos de la radiación de los iones pesados resultaron ser constantes.
Los científicos creen que estos problemas pueden afectar a muchos otros órganos. Dichos estudios deberían ayudar a idear métodos de protección competentes para entregar de forma segura a los astronautas a las misiones de larga distancia y viceversa.
