Los satélites meteorológicos celebran 40 años de trabajo

Los satélites meteorológicos celebran 40 años de trabajo

El primer satélite de observación de la Tierra se lanzó el 23 de noviembre de 1977. Cuando se estableció el primer Meteosat en el cielo, recibió una visión general de todo el planeta desde la órbita geoestacionaria y estableció las bases para la cooperación europea y mundial.

El clima afecta la actividad humana, por lo que una visión general de toda la Tierra permite a los meteorólogos rastrear los sistemas meteorológicos en evolución. Por ejemplo, los huracanes del Atlántico aparecen en las imágenes de Meteosat antes de comenzar a entrar en contacto con el planeta.

Antes del lanzamiento de los satélites meteorológicos, los científicos solo podían confiar en radiosondas, cometas y aviones. Pero los satélites proporcionaron una gran variedad de información que, junto con los modelos informáticos, hizo posible crear pronósticos para períodos más largos.

Con Meteosat, algunos países por primera vez lograron analizar la ionosfera desde el espacio. El proyecto originalmente pertenecía a Francia con la participación del CNES. Pero la Organización Europea de Investigación Espacial (antes de la ESA) también consideró la posibilidad de usar satélites de órbita polar y geoestacionarios. La oficina principal está ubicada en Toulouse, desde donde fue posible desarrollar el proyecto aún más.

Los satélites meteorológicos celebran 40 años de trabajo

Para lanzar Meteosat-1, se usó un cohete Delta desde Cabo Cañaveral. Se estableció por encima del ecuador a 0 ° de longitud. Durante el mes, registramos todos los sistemas y comenzamos a recibir datos utilizados para crear pronósticos del tiempo para muchos países europeos. El 23 de noviembre de 1977, Meteosat-1 se lanzó desde Cabo Cañaveral y alcanzó su órbita operativa el 7 de diciembre. El primer disparo llegó a la recepción el 9 de diciembre. Se convirtió en el primer satélite en órbita geoestacionaria, capaz de rastrear el movimiento de la humedad en el aire.

La tecnología era más avanzada, por lo que el satélite podía escanear todo el disco de tierra en 30 minutos. Han transcurrido cuarenta años desde su lanzamiento, y los científicos han podido mejorar significativamente los pronósticos meteorológicos. Además, los datos históricos le permiten hacer un seguimiento de los cambios climáticos importantes en el planeta.

Por supuesto, los primeros modelos no fueron diseñados para el análisis del clima, pero sus imágenes muestran cambios en la cobertura del suelo y el hielo polar. También hay información sobre la temperatura de la superficie del mar, que ayudó a crear modelos más precisos.

El satélite de investigación climática Eumetsat se lanzó solo 10 años después de Meteosat-1. Ahora, en la posición de 0 ° de longitud, siempre hay un Meteosat en funcionamiento. Los científicos están desarrollando una tercera generación de satélites meteorológicos que pueden garantizar una visión general continua de la atmósfera en la década de 2030.

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