El profesor de astrofísica en la Facultad de Física de la Universidad de Oxford, Christopher Lintott, afirma que una gran cantidad de planetas en el universo aumenta las posibilidades de los recién llegados. Pero las búsquedas deben centrarse en objetos con lunas grandes.
Algunos científicos creen que el origen de la vida terrenal se debe a la presencia de nuestro planeta como un gran satélite natural. La teoría dice que la atracción gravitatoria de una luna masiva es capaz de estabilizar la rotación del eje planetario, lo que lleva a un ecosistema más desarrollado y brinda una excelente oportunidad para el comienzo de la vida.
Lintot cree que es a la Luna a la que le debemos nuestra fuerte posición, y agrega: "Marte no tenía un satélite lo suficientemente grande, por lo tanto, fluctúa y pasa a través de la inestabilidad climática masiva". Por lo tanto, el profesor insiste en encontrar un planeta con una gran luna. Aunque cree que en los próximos 10 años, las posibilidades de encontrarse con la vida extraterrestre son casi nulas. Lintott notó otros problemas cuando buscaba alienígenas. La vida necesita parámetros terrenales, como el agua y una superficie sólida. Hay 17 mil millones de planetas similares a la Tierra en la Vía Láctea. E incluso la mitad de este número parece increíblemente prometedor para encontrar otras criaturas.
Marte no tiene una luna suficientemente grande, por lo tanto, fluctúa, lo que lleva a una inestabilidad climática masiva
Pero el problema es que la mayoría de los planetas encontrados están demasiado al rojo vivo debido a la proximidad a las estrellas (más cerca de Mercurio al Sol). Ahora los científicos pueden adivinar dónde buscar vida, pero no hay datos exactos como aparecieron. Al final, puede suceder que los terrícolas simplemente sacaron un boleto ganador al azar. Pero esta no es una razón para dejar de buscar.
