Admira las ondas de choque ultra rápidas de los átomos de supernova caliente

Admira las ondas de choque ultra rápidas de los átomos de supernova caliente

El Telescopio Espacial Hubble demuestra una brillante explosión de supernova 1987a en la Gran Nube de Magallanes (vecino galáctico de la Vía Láctea)

El 23 de febrero de 1987, la luz de una estrella gigante en explosión llegó a la Tierra. El evento tuvo lugar en el territorio de la Gran Nube de Magallanes, una pequeña galaxia a 168000 años luz de la Vía Láctea. Se convirtió en la supernova más cercana durante casi 400 años desde su primera revisión en los telescopios modernos.

Después de 30 años, los investigadores utilizaron por primera vez la visibilidad de rayos X y el modelado físico para determinar con precisión la temperatura de los elementos en un gas alrededor de una estrella muerta. Dado que las ondas de choque ultrarrápidas del corazón de una estrella supernova chocan con los átomos del gas circundante, calientan estos átomos a cientos de millones de grados Fahrenheit.

Salir con una gran explosión

Cuando una estrella gigante está envejeciendo, las capas externas se fusionan y se enfrían en forma de estructuras residuales a gran escala alrededor de la estrella. El núcleo estelar forma una asombrosa explosión de supernova, después de lo cual permanece una estrella de neutrones superdense o un agujero negro. Las ondas explosivas de choque se propagan a 1/10 de la velocidad de la luz y terminan en el gas circundante, que se calienta y brilla en rayos X brillantes.

El Observatorio Espacial Chandra de la NASA ha estado siguiendo la emisión de supernova 1987a desde el lanzamiento del telescopio hace 20 años. La supernova se sorprendió mucho porque logró arreglar una serie de tres anillos a su alrededor. Resulta que desde 1997, la supernova 1987a ha estado en contacto con el anillo más interno (ecuatorial). Con la ayuda del telescopio Chandra, los científicos estudiaron la luz creada por las ondas de choque cuando interactuaban con el anillo ecuatorial. El equipo quería saber cómo se calentaban el gas y el polvo en el anillo. También querían determinar la temperatura de los diversos elementos en el material.

Para ayudar en las mediciones, los investigadores estudiaron simulaciones 3D detalladas de una supernova, que permitieron determinar la velocidad de la onda de choque, la temperatura del gas y los límites de resolución de los instrumentos. Después de eso, descubrió la temperatura de una amplia gama de elementos, como los átomos ligeros (nitrógeno y oxígeno) y los pesados ​​(silicio y hierro). Los indicadores de temperatura oscilaron entre millones y cientos de millones de grados.

La información recopilada proporciona información importante sobre la dinámica de supernova 1987a y ayuda a probar modelos de un tipo particular de frente de choque. Dado que las partículas cargadas de la explosión no golpean los átomos en el gas circundante, sino que los dispersan utilizando campos eléctricos y magnéticos, tal evento se denomina impacto sin colisión.

Este proceso es común en todo el espacio. Por lo tanto, una mejor comprensión de la situación mejorará el estudio de otros fenómenos, como el contacto del viento solar con material interestelar y el modelado cosmológico de la formación de estructuras a gran escala en el Universo.

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