El descubrimiento del CMB resultó ser un error

El descubrimiento del CMB resultó ser un error

Anoche, los físicos franceses hicieron una declaración de que el "descubrimiento" anunciado de las ondas gravitacionales, que se hizo eco del Big Bang, fue un error. Esta declaración ha sido confirmada por la Agencia Espacial Europea hoy.

Los resultados del trabajo de investigación que la ESA planea publicar la próxima semana se basan en datos del Telescopio Espacial Planck. Según estos estudios, las mediciones de BICEP2 en la polarización en modo B del CMB no se debieron a la presencia de CMB, sino al polvo dentro de nuestra propia galaxia. La radiación reliquia es un eco de la antigua radiación del Big Bang, que ocurrió hace unos 14 mil millones de años.

"A pesar de los primeros informes de posible detección, el análisis conjunto de los datos obtenidos con el Telescopio Espacial Hubble y la matriz Keck no encontró ninguna evidencia de las ondas gravitacionales iniciales", escriben en la declaración de la ESA.

Sin embargo, este resultado cero para muchos científicos no fue una sorpresa.

El descubrimiento del CMB resultó ser un error

El sol se pone detrás de BICEP2, Antártida. Si se descubrieran ondas gravitacionales, no solo serían un descubrimiento colosal, sino que también confirmarían algunos modelos clave del origen del Universo, revelando así los mecanismos subyacentes a la inflación: la expansión del Universo, que se produjo en una fracción de segundo inmediatamente después del Big Bang.

Sin embargo, entre nosotros y el universo observable, hay un material magnetizado dentro de nuestra propia galaxia. Cualquier radiación detectada fuera de nuestra galaxia debe pasar a través del polvo interestelar y la señal debe ser corregida.

Ahora que los datos obtenidos por el telescopio Planck se procesaron, resultó que la "señal" en BICEP2 era en realidad una interferencia causada por el polvo galáctico.

"Cuando descubrimos esta señal en nuestros datos, confiamos en los modelos de galaxias. Estaban disponibles en ese momento", dijo John Kovacs, investigador principal de BICEP2 en la Universidad de Harvard en Cambridge, Massachusetts. "Resultó que la parte del cielo elegida para nuestras observaciones era menos polarizadora que la señal detectada".

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