Generación de espículas solares y ondas Alfven

Generación de espículas solares y ondas Alfven

Imagen producida por el espectrógrafo IRIS de la NASA. En la capa solar se puede ver una gran cantidad de chorros saltando sobre la superficie. En la parte inferior de la corriente son visibles en el disco solar en forma de estructuras filamentosas con un corto período de actividad

Los modelos informáticos y las simulaciones han demostrado que la presencia de neutros en un gas simplifica la penetración de los campos magnéticos a través de la superficie, formando espículas. En cualquier momento, 10 millones de serpientes solares salvajes se despiertan al sol. Estas son espículas y, a pesar de tal abundancia, los investigadores no entendieron cómo se las arreglan para formarse y no influyen en el calentamiento de las capas superiores.

En un nuevo estudio, los científicos modelaron la creación de espículas. Para hacer esto, combine los datos del espectrógrafo y telescopio IRIS en La Palma. También involucraron simulaciones por computadora, cuyo código ha estado funcionando durante 10 años. Los investigadores están haciendo una comparación para ver qué tan bien funcionan los modelos. La dinámica del plasma se tomó como base: un gas caliente de partículas cargadas que fluye a lo largo de los campos magnéticos. Las versiones anteriores consideraban el área externa como homogénea. Pero nadie había notado antes las espículas.

Los científicos creen que las partículas neutrales son la clave. Resulta que en zonas más frías el plasma pierde homogeneidad. Algunas partículas permanecen neutrales, lo que significa que no están influenciadas por campos magnéticos. Solo con la adición de elementos neutros, los campos magnéticos comenzaron a fluir libremente, ya que facilitan la flotabilidad.

Este es un ejemplo vívido de un gran avance creado mediante la combinación de poderosos métodos de teoría de números y datos de una supercomputadora. El modelo actualizado también demostró la transferencia de energía. Resulta que en tal proceso, la energía es lo suficientemente alta como para crear ondas Alfven, que son la clave para el calentamiento de la atmósfera y el movimiento del viento estelar.

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