¡El sol es una amenaza! La próxima gran tormenta geomagnética puede golpear a toda la humanidad

¡El sol es una amenaza! La próxima gran tormenta geomagnética puede golpear a toda la humanidad

Los científicos advierten que la próxima gran tormenta geomagnética que golpeó la Tierra podría tener terribles consecuencias para el futuro de la humanidad. Nuestra estrella se está acercando al período mínimo solar, pero la amenaza de la formación de agujeros coronales en la atmósfera estelar aún permanece.

Los agujeros coronales son "agujeros" monstruosos en el tejido del campo magnético solar, a través del cual la radiación intensa estalla en el espacio. Cuando se dirigen hacia la Tierra, estos flujos se denominan eyecciones de masa coronal (CME). Estas poderosas explosiones de partículas solares cargadas y radiación pueden destruir los sistemas satelitales, las redes eléctricas y costarán millones de dólares para repararlas.

La CME puede ser destructiva para los humanos. La tecnología avanzada está en juego, presente en todos los aspectos de la vida moderna. El núcleo incandescente del sistema solar se acerca a un período de relativa calma, cuando se forma una cantidad mínima de manchas solares en la superficie. Cada 11 años llega un momento de mínimo o máximo, donde el número de manchas disminuye y aumenta.

¡El sol es una amenaza! La próxima gran tormenta geomagnética puede golpear a toda la humanidad

Una gran tormenta solar puede apagar satélites y GPS

Sin embargo, el mínimo solar puede no afectar el número de agujeros coronales. Los análisis muestran que durante el período mínimo, se observa el desarrollo de orificios coronales de larga vida, cuyo período abarca más de 6 meses. La energía arrojada en este caso crea maravillosas auroras y golpea fuertemente nuestra magnetosfera. Como resultado, se forman tormentas geomagnéticas, que afectan no solo a los vehículos artificiales, sino también a los astronautas y pasajeros de los aviones.

La CME generalmente toma días para llegar a la Tierra, pero hay instancias de solo un retraso de 20 horas después de la expulsión del Sol. Las tormentas más grandes envían miles de millones de toneladas de plasma solar que afectan a nuestro planeta.

Vale la pena recordar la gran tormenta geomagnética de 1859. Era tan poderoso que provocó incendios y la ruptura de las líneas telegráficas. Otro brote en 1989 dejó a millones de personas sin electricidad en Canadá. Se cree que tales tormentas atacan la Tierra cada siglo. El planeta moderno está envuelto en redes eléctricas, por lo que incluso da miedo pensar qué catástrofe corremos el riesgo de venir.

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