Nueva era para buscar materia oscura

Nueva era para buscar materia oscura

Mapa de varias explicaciones para la materia oscura.

Desde la década de 1970 Los astrónomos y los físicos están recolectando evidencia de la existencia de materia oscura en el universo, una sustancia misteriosa que se manifiesta en una influencia gravitatoria. Sin embargo, a pesar de los grandes esfuerzos, no se encontró ninguna de las nuevas partículas propuestas para explicación. Ahora los investigadores creen que ha llegado el momento de expandir y diversificar los esfuerzos experimentales, así como de incluir estudios astronómicos y observaciones de ondas gravitacionales en el proceso de resolver la naturaleza de la materia oscura.

Durante los últimos 30 años, la búsqueda de materia oscura se ha centrado principalmente en una clase de partículas candidatas conocidas como partículas masivas de interacción débil (WIMP). Durante mucho tiempo se los ha considerado como candidatos ideales para la materia oscura, ya que serían recibidos en la cantidad correcta en el Universo temprano para explicar la materia oscura y aliviar algunos de los problemas más fundamentales en la física de partículas, por ejemplo, una discrepancia seria entre la escala de energía de las interacciones débiles y la influencia gravitacional.

Bloque de tropiezo

Una solución natural parece una idea increíblemente buena, pero ninguna de las estrategias experimentales emprendidas para buscar WIMP reveló evidencia convincente de su existencia. Por lo tanto, los investigadores decidieron pasar la página de la investigación anterior y ampliar el rango experimental.

Ya hay varios métodos de búsqueda para una revisión más amplia. Por ejemplo, hay un estudio astronómico en el que se pueden observar pequeñas formaciones en forma de galaxias, halos de materia oscura alrededor y curvaturas gravitacionales de la luz que pasa a través de ellas. Esto le permite aprender más sobre la naturaleza potencial de la materia oscura. Los investigadores también mencionaron un nuevo método para observar las ondas gravitacionales, que se llevó a cabo con éxito por primera vez en 2016. Es útil para estudiar los agujeros negros, como candidatos para la materia oscura u objetos con la distribución de otros candidatos de materia oscura a su alrededor. La combinación de estos métodos y la cooperación científica internacional permitirá en un futuro próximo producir resultados positivos.

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