
Los investigadores de LIGO han informado sobre la fijación de las ondas gravitacionales creadas al fusionar el más pequeño de los agujeros negros encontrados. Este estudio ayudará a comprender mejor la diferencia entre el comportamiento de los agujeros negros grandes y pequeños.
Ondas gravitacionales: ondas en el tejido del espacio-tiempo, creadas al acelerar o desacelerar objetos. Son difíciles de encontrar, pero son importantes porque le permiten explorar directamente poderosos fenómenos cósmicos, que incluyen agujeros negros que no son atrapados por la revisión habitual.
El observatorio de interferometría con láser gravitacional (LIGO) es capaz de encontrar agujeros negros dobles, un par acoplado por gravedad que gira y se fusiona en un solo agujero negro.
LIGO está representado por dos detectores en forma de l. Cuando la onda gravitacional golpea el sensor, aprieta una manga y estira la segunda. Un delgado sistema de espejos atrapa cambios y señales hacia el centro.
El primer evento de la fusión capturado en septiembre de 2015. El 7 de junio advirtió la fusión GW170608. La señal provino de una poderosa colisión de dos diminutos agujeros negros, que son solo 7 y 12 veces la masa solar. La fusión llevó a la creación de un agujero negro con 18 masas solares. Este es un pequeño evento. En diciembre de 2015, también se registró una pequeña, donde las masas de agujeros negros alcanzaron 7.5 y 14.2 solares. El análisis muestra que el par GW170608 está en la misma clase que los agujeros negros detectados por los rayos X.
Los rayos X provienen de un agujero negro en el proceso de extraer material de una estrella cercana, bloqueado gravitacionalmente con un par. Los científicos se sorprenden de que los agujeros negros más grandes con rayos X aún no hayan podido repararse en LIGO. Pero confían en que GW170608 ayudará a resolver este misterio.
A finales de 2018, el dispositivo activa la siguiente ejecución de observación. Los investigadores esperan ver no solo la fusión de los agujeros negros y las estrellas de neutrones, sino también algo más extraño, como la fusión de un agujero negro y una estrella de neutrones. Este híbrido permitiría investigar, aparte de las ondas gravitacionales, la luminiscencia especial observada en los telescopios típicos.